Si supieras...

Jesús le contestó: --Si supieras lo que Dios da y quién es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva. Juan 4:10.-


Era medio día en la tierra de Palestina; el sol brillaba con todas sus fuerzas. El calor se hacía insoportable; los pies del viajero ya no querían dar un paso más; su frente estaba pelada de sudor y la lengua empezaba a pegarse al paladar. El deseo de un sorbo de agua fresca se hacía más fuerte a cada paso.

Ha, bendición… ¡El pozo de Jacob! Allí se sentó Jesús para refrescarse y descansar. Pero lo interrumpió alguien que también necesitaba agua para refrescarse del calor; alguien que sabia que era difícil sacar agua del pozo porque era muy hondo. ¡Cuantas veces nuestra ama tiene sed! Y como aquella mujer encontró que el pozo era hondo, muchos lo encontramos así. Nos parece demasiado hondo por la ansiedad producida debido a alguna enfermedad en la familia o por un hijo que nos dice “me voy de casa” nos desesperamos por el esposo que abandona al hogar o porque el dinero no alcanza y los alimentos escasean

… ¿Cómo obtener la victoria sobre esa profundidad y alcanzar el agua que calma la sed? Bendita respuesta del Señor:”si supieras lo que Dios puede dar y conocieras al que te está pidiendo agua…” Hermano, hoy también Jesús le dice:”si supieras” por que no hay pozo demasiado profundo para el. Bajó hasta lo más hondo para poder socorrer a quienes estábamos sumergidos en nuestros dolores, angustias y desventuras. Hoy, le dice: “si supieras” Cristo es el que sacia toda sed. Si como a mujer dice:”Señor, dame de esa agua”, serás saciado y la frescura de su presencia inundará todo tu ser. Con Él obtendrá la victoria sobre cualquier situación, por mas difícil o profunda que sea.